Apuntes: lectores y empresas digitales a quien pasaríamos por la quilla si no fuera a cambiar el tiempo en breve.

[1] “En ese cuadro está a punto de llover”: lo que el hombre del tiempo anticipa en las pinturas del museo y usted no ve. En “Los cielos retratados”, José Miguel Viñas nos propone recorrer la historia de la pintura con ojos de meteorólogo; le acompañamos durante la visita al Museo Thyssen en la que ha presentado su nuevo libro

“Hay pintores que se esforzaron por observar con minuciosidad todo lo que pasa en la atmósfera y sabían lo que hacían, como John Constable”, explica el autor a elDiario.es. “Pero otros no prestaban tanta atención y cometían fallos”.

Como ejemplo, cita un conocido trabajo de 2003, en el que un par de investigadores italianos examinaron las marcas dejadas por agua en los edificios de Venecia en los cuadros de Canaletto, pintados en el siglo XVIII, para compararlos con los actuales y documentar la subida del nivel del mar.

[2] Esta máquina expendedora en una estación de tren en la ciudad de Friburgo, en el suroeste de Alemania vende paquetes de entrega no reclamados. Comentan que da la impresión de que los paquetes han sido comprobados, y vueltos a cerrar, para que no se vendan accidentalmente artículos peligrosos o valiosos. Descubierto en Neatorama.

[3] ¿Por qué nos obsesionan los pechos? Después de su propia mastectomía, la socióloga Sarah Thornton trató de responder la pregunta.

A principios del siglo XX, el gran fetiche eran las piernas. Hay que recordar que las mujeres habían usado faldas largas durante todo el siglo XIX y luego, en los años veinte, se produjo un cambio radical en la ropa que lucían las mujeres: se empezaron a ver las piernas después de la Primera Guerra Mundial.

Eso cambia totalmente después de la Segunda Guerra Mundial. Hay un cambio con las chicas pin-up y Hollywood y la publicación de revistas. Pero, el aumento de la fórmula para bebés, fue otro aspecto muy importante. La sexualización completa de la mama no sucede cuando se asocia con la lactancia materna. Se puede ver una correlación entre los sucedáneos de la leche materna y la sexualización de los pechos porque, si un bebé se apropia de un pecho, se interrumpe la apropiación del pecho por parte de un hombre.

[4] Introducción biográfica de Ryunosuke Agutagawa en la Antología de literatura fantástica de Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo.

Ryunosuke Agutagawa (1892-1927), escritor japonés. Antes de quitarse la vida, explicó fríamente las razones que lo llevaban a tal decisión y compuso una lista de suicidas históricos, en la que incluyó a Cristo. Entre sus obras citaremos Cuentos grotescos y curiosos, Los tres tesoros, Kappa, Rashomon, Cuentos breves japoneses. Tradujo obras de Browning al japonés.

[5] A Walter Cleasby se le concedió una patente en el Reino Unido ( GB2263399A ) en 1995 por su «colchón para prevenir pesadillas». Para Cleasby creía las pesadillas infantiles eran causadas por factores físicos como la dureza de los colchón y la presión sobre el corazón del bebé debido al peso corporal. Su invento abordó estos problemas al tener una pendiente hacia adentro y un hueco «para proteger el órgano principal del cuerpo, (el corazón), de una presión excesiva». Lo contaron en Weird Universe.

[6] They brick you because they can Artículo de Cory Doctorow sobre las empresas digitales y los procesos de enshittification, decadencia de las plataformas a medida que se quedan sin competidores y pueden imponer sus condiciones a los usuarios. Menciona varios casos de compañías que han cambiado las condiciones de uso de sus aparatos capándolos. La ingeniería inversa para evitar estas limitaciones se enfrenta a las demandas por infracciones de propiedad intelectual por lo que aparece la necesidad de legislar sobre el derecho a reparar para mantener estos productos en funcionamiento después de que el fabricante haya decidido «alterar el trato».

Sin embargo, lo digital es diferente. Las empresas analógicas pueden aumentar sus precios o empeorar el modelo de sus productos del próximo año. Las empresas digitales pueden viajar en el tiempo y aumentar el precio de algo que ya posee, pero por el que deben pagar una tarifa de «suscripción». Pueden retroceder en el tiempo y eliminar funciones por las que ya has pagado. Incluso pueden retroceder en el tiempo y quitarte cosas que ya posees. La conexión digital omniflexible y omnipresente entre un dispositivo y su fabricante genera tantos impulsos que no pueden resistir

[7] Lectores. Máculas · Guión: Jordi Pastor – Dibujo: Danide ¡Maravilloso!

[8] Me fascinan las actuaciones de los interpretes de signos en temas musicales. Las primeras que me llamaron la atención fueron las intérpretes en los conciertos de heavy metal. El año pasado, aunque parece que fue viral, se me pasó la intérprete de Rihanna en la Super Bowl.

Este año un tuitero recopiló algunas de las versiones en lengua de signos de la canción española en Eurovisión: Zorra de Nebulossa. Hizo una mezcla con las distintas intérpretes de Reino Unido (BBC), Italia (RAI), Estonia (ERR) y Alemania (NDR) que podéis ver aquí. En la canción se repite con frecuencia zorra por lo que es fácil apreciar cuál es el signo que identifica a la palabra. Encuentro alguna similitud entre el signo de Reino Unido y Estonia, los dedos índice y medio extendidos, sin embargo el signo italiano es un un giro del puño cerrado a la altura de la cintura que parece representar el giro del bolso, un cliché que se utiliza para representar prostitutas en tebeos. ¿Es así? ¿tiene el otro signo alguna explicación?

[9] Puede que el cine, de nuevo, nos haya engañado y caminar por la plancha fue algo anecdótico mientras que pasar por la quilla era más frecuente. En la entrada del termino en inglés Keelhauling hay una descripción del procedimiento en la marina holandesa indicando que se pretendía que no fuera fatal.

Grabado «Caminando por el tablón», Ilustrado por Howard Pyle.
The keelhauling of the ship’s surgeon of admiral Jan van Nes, Lieve Pietersz. Verschuier. 1660 to 1686

[10] La cárcel de los encapuchados. Durante décadas, la cárcel Modelo de Madrid impuso capuchones a los presos, cubriéndoles sus cabezas con unas terroríficas capuchas, que incluían un velo, para aislarlos por completo unos de otros e impedir el contacto entre ellos. El resultado fue una oleada de suicidios y la locura.

Presos de Pentonville paseando encapuchados y atados con cuerdas (c. 1890)

Los capuchones, sin embargo, eran polémicos. Incluso en 1888, con una tirada de 50.000 ejemplares, se publicó en Madrid un periódico llamado El Capuchón, que denunciaba esta práctica. Concepción Arenal y otras personalidades protestaron contra las capuchas por considerarlas crueles, pero en defensa de su uso había otras voces que afirmaban que eran elementos de protección para los propios presos: ninguno sabía del otro. Asesinos de niños, parricidas, terroristas o violadores podían así permanecer en la cárcel sin riesgo para sus vidas.

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